Me considero una buena persona, no necesito ir a la iglesia

Conozco a mucha gente que asiste a diferentes iglesias, tienen diferencias en sus credos, leen mucho la biblia, y algunos hasta salen puerta a puerta para predicar, pero sinceramente, no veo que haya mucha diferencia entre ellos y yo. Es más, muchos de ellos son peores que yo, porque son hipócritas, seguramente en sus iglesias muestran una cara muy angelical y amorosa, pero yo los he visto con malas actitudes, indiferentes con los demás, mal genio, chismosos, totalmente diferentes a lo que aparentan. No necesito eso.

¿De qué les sirve tanto leer la biblia y asistir a la iglesia? Pienso que no les sirve de nada si tienen siempre cara de amargados, no ayudan a otros y solo se dedican a juzgar a la gente. Prefiero quedarme en mi casa, tratando de ser y hacer lo mejor que pueda, si alguien necesita mi ayuda se la doy. Creo que eso es mejor que ser un hipócrita.
Tal vez estés de acuerdo con los dos primeros párrafos de este artículo, ¿quién no? Pienso que tienes toda la razón, no necesitas ir a la iglesia. Es muy probable que te sorprenda leer estas palabras, pero no puedo decirte otra cosa. Solo quiero pedirte que continúes leyendo, por favor.

Al igual que tú, estoy totalmente en contra de la hipocresía de aquellos que muestran una actitud piadosa al congregarse, pero frente a otras personas son totalmente diferentes. O cuando pudiendo ayudar a quien lo necesite no lo hacen, porque Jesús claramente dijo “Mas id, y aprended lo que significa: ‘Misericordia quiero y no sacrificio’; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento” (Mateo 9:13, LBLA). Esto lo dijo porque algunos religiosos de ese tiempo se sentían muy justos cumpliendo con ciertos ritos, pero eran viles con los que no guardaban la ley, y juzgaban a Jesús porque compartía con pecadores, por eso les dice esas palabras, para que entiendan que Dios no los mira con agrado si por cumplir algunos mandamientos de la ley menosprecian a los más pecadores. En otras palabras, no sirve de nada escuchar lo que Jesús me dice que haga si no estoy dispuesto a hacerlo, por ejemplo, si me habla del amor al prójimo pero las personas me son indiferentes, si hablo de un Dios Bondadoso pero estoy siempre mal genio o amargado. El cristianismo no tiene nada que ver con rituales vacíos y sin sentido, sino que tiene una naturaleza basada en el amor, porque Dios es amor.

Sin embargo, es importante entender que, al igual que tú y yo, son personas, cometen errores, o mejor dicho, cometemos errores. Además, la mayoría de esas personas llevan poco tiempo de pertenecer a alguna iglesia, y antes de eso, hacían toda clase de pecados, de los cuales hoy se avergüenzan. No es tan fácil dejar los malos hábitos. Es por eso que podrás encontrar muchos defectos. No obstante, esto no debe ser un consuelo para el cristiano, ya que debe procurar cada día quitar la maldad de su vida, lo cual se logrará a medida que permita que Cristo le ayude.

Obviamente, tampoco es el caso de todos, porque es cierto que se puede ver a otras personas que definitivamente no son sinceras, y usan la religión solo para obtener ganancias, hacer actos criminales y perversos. Esto es muy lamentable, rechazamos tajantemente esos actos, porque ensucian el nombre de Cristo, hacen daño a las personas, y por causa de ellos, muchos rehúsan acercarse a Él. Tal vez sea tu caso. Pero no podemos ser injustos y decir que Dios, las religiones o las iglesias son malas por el mal ejemplo y actos de algunos seguidores. Con esto no quiero decir que todas las iglesias sean buenas, de hecho, hay algunas muy malas, hay otras que no son malas, pero tampoco son buenas. Bíblicamente, la única iglesia que deberías conocer es la iglesia de Cristo, pero es un tema que te comentaré más adelante en otro artículo.
Retomemos la idea de que no necesitas ir a la iglesia y analicemos el porqué.

En el texto que leíste de Mateo 9:13, al final del versículo decía: “… porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento”. Esto nos muestra el propósito por el cual vino Jesús, llamar a los pecadores al arrepentimiento. La palabra arrepentimiento implica un cambio de mente, en la cual la persona está consciente de que ha estado caminando erróneamente, y necesita cambiar la dirección de su camino o en este caso, su vida.

Necesitas cambiar tu vida

Más que ir a la iglesia, necesitas hacer un cambio en tu vida. Tal vez estarás pensando: ¿Por qué habría de cambiar mi vida, qué hay de malo en ella?

Te responderé sin rodeos. Has pecado. Así es, tan “simple” como eso, has pecado. Y de seguro que más de una vez, incluso, sin el ánimo de ofender ni juzgar, me atrevería a decir has pecado muchas veces, así como yo también lo he hecho. ¿Qué tiene de malo, acaso no es algo que todos hacemos? Exactamente, todos hemos pecado. Romanos 3:23 dice “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Pero no es un asunto para tomarlo a la ligera, es algo serio.

¿Qué es el pecado?

El pecado es “infracción de la ley [de Dios]” (1 Juan 3:4). En todos los países existen leyes que dictan los deberes y beneficios que tendrán los ciudadanos, a fin de mantener la paz y bienestar del pueblo; quien infrinja estas leyes, debe ser sancionado, o de lo contrario, muy pocos respetarían estas leyes y habría un caos en dicho país. Dios ha puesto ciertas leyes relacionadas con acciones que debemos hacer y otras que debemos evitar, porque en primer lugar, Él es nuestro Creador, y en segundo lugar, porque en su infinita sabiduría, sabe que bajo ese estilo de vida, la humanidad podría vivir en paz y armonía. 

Lamentablemente pocas personas lo entienden de este modo, y ven la religión como algo malo, no se interesan en asuntos espirituales porque los consideran aburridos, y muchos simplemente hacen lo que les plazca hacer. Por eso vemos tanta maldad en el mundo, porque las personas no quieren someterse a las leyes de Dios, lo cual les lleva a asesinar, violentar, maltratar y no ayudar a los más desvalidos.

Tres cosas que necesitas saber sobre el pecado

1.    El pecado nos separa de Dios

Una de las cosas que debes entender es que Dios es Santo, no puede tener comunión con el pecado, y si nuestras vidas están manchadas con pecado, no podremos tener una relación con Él. El texto que leíste de Romanos 3:23 dice que todos hemos pecado, y por lo tanto, estamos destituidos de la gloria de Dios. Además, Isaías 59:1-2 dice:

“He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.”

2.    El pecado nos condena

La muerte provocada por el pecado tiene una connotación doble: física y espiritual. La manera física es en la que dejamos de respirar, se separa el alma del cuerpo. Pero la muerte espiritual es la separación de nuestra alma con Dios, perdemos la comunión con Él, por lo tanto, cuando sea el día del Juicio, nuestro destino eterno será lejos de su presencia, y créeme que nadie quisiera ir al lugar de tormento. ¡Queremos evitar a toda costa que las personas vayan al infierno!

3.    El pecado puede ser perdonado

¡Hay buenas noticias! Gracias a la inmensa bondad y amor de Dios, ¡el pecado puede ser perdonado!, es decir, hay una oportunidad para todos nosotros. Un texto muy conocido dice:

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él” (Juan 3:16-17).

Dios enfrentó la situación con gran sabiduría, de manera que se haga justicia (castigar nuestro pecado), y que a la misma vez muestre amor por la humanidad (salvarnos), enviando al mundo a su Hijo Jesucristo para que Él sea quien cargue y sufra el castigo por nuestros pecados, evitándonos el sufrimiento que merecíamos.

¿Por qué no decide simplemente salvarnos, acaso no es Dios y puede hacer lo que quiera? Exacto, es Dios, pero como tal, es Justo, no puede pasar por alto las injusticias, de lo contrario, dejaría de ser Justo, y por consecuencia, no sería Dios, en otras palabras, no puede negarse a su propia naturaleza. ¿Cómo te sentirías si al asesino de tus hijos o padres lo dejaran libre y lo llevaran a pasar unas vacaciones al Caribe? ¿Acaso no te sentirías mal y encontrarías que sería muy injusto? Es justo que cada uno pague por sus pecados, y “… la paga del pecado es la muerte...” (Romanos 6:23). Si pecamos, merecemos sufrir las consecuencias de esto, pero el pasaje no termina allí, continúa diciendo: “… mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”, Dios no quiere castigarnos, sino bendecirnos, y si retomamos el ejemplo anterior, nosotros seríamos ese asesino que de una manera indirecta, asesinó al Hijo de Dios, pero en vez de ser castigados, se nos perdonó mediante el sacrificio de Cristo, y además, se nos ofrece algo mucho más hermoso que el Caribe, ¡una vida eterna en los cielos donde no habrá llanto, tristeza ni dolor, sino una eterna dicha de vivir junto a Dios!

¿Puedes imaginarte vivir sin problemas, preocupaciones, dolor, muerte, enfermedades y complicaciones? Suena maravilloso. Nuestro Padre Eterno ha ofrecido esta salvación para todas las personas, y quiero que tú sepas cómo recibirla. Solo te adelanto que no basta con ser un buena persona, porque nadie es lo suficientemente bueno como para merecer la salvación, no es por obras, sino por gracia, es decir, por la bondad y misericordia de Dios. Ahora te contaré más de esto para finalizar con este artículo.

No necesitas ir a la iglesia, necesitas ir a Jesucristo

Las iglesias no tienen el poder para salvarte ni para borrar tus pecados, ningún humano tiene esa facultad, ¿sabes por qué? Porque el pecado no es contra la humanidad, es contra Dios. Si yo te insultase, ¿tiene sentido que al día siguiente le pida a tu amigo que me perdone por esa falta? Es por eso que solo Dios podría perdonar nuestros pecados, y ese perdón es por medio de la sangre de Cristo. No fuimos creados para el pecado, sino para ser felices mediante la honra y adoración a Dios. Por lo tanto, lo que realmente necesitas es ir a Jesús, solo Él tiene el poder para salvarte.

Jesús dijo “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:28-29). Necesitas ir a Jesús, no solamente para que perdone tus pecados, sino también para que te ayude a sobrellevar tus penas, dolores, enfermedades, preocupaciones y tu familia. Puedes confiar tranquilamente en Él.

Él ya sufrió todo lo que merecías, recibió múltiples azotes, piedras, escupitajos, y diversos tipos de humillaciones, hasta la muerte. Pero Jesús no quedó en el sepulcro, resucitó al tercer día, confirmando que era el Hijo de Dios, y confirmando nuestra salvación. No obstante, esta salvación no se nos da automáticamente, es necesario que creamos que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, y que podemos hallar salvación en Él. Es necesario que dejemos que la sangre de Cristo nos purifique, lavando nuestros pecados, para que el Padre nos perdone todos los pecados que hayamos cometido. Eso es lo que necesitas con urgencia, ser perdonado por Dios.

“Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:20).

Estimado lector, como puedes ver, aunque te consideres buena persona, lo cual no pongo en duda, no es suficiente para que puedas enfrentar el día del juicio con confianza, porque un solo pecado que esté manchando tu alma te separa de la santidad y pureza de Dios. Pero recuerda, puedes hacer algo al respecto. Jesús te ama muchísimo, por eso es que sufrió por ti, quiere que seas feliz eternamente.

Quiero que tú y tu familia puedan salvar sus almas, puedo mostrarte bíblicamente cómo hacerlo, y es por eso que te invito a leer el siguiente artículo llamado: “¿Cómo puedo recibir la salvación que Jesucristo me ofrece?”, no te arrepentirás de leerlo, te prometo que cambiará tu vida. Solo te doy un  adelanto. Jesús dijo a sus discípulos: “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres [del pecado]” (Juan 8:32). Solo conocer y obedecer a la verdad podrá salvarte, muchos dicen conocerla, pero no la conocen realmente, ¿quieres saber de qué se trata?

Muchas gracias por darte el tiempo de leer este artículo.

¡Dios te bendiga!

 

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