
Proverbios - La necesidad que tenemos de meditar en este libro
Escuchar audio
¿POR QUÉ NECESITAMOS ESTUDIAR ESTE LIBRO?
Hemos nacido limpios y sin pecado, pero a medida que crecemos, y aprendemos a discernir entre lo bueno y malo, comenzamos a pecar. El pecado nos esclaviza e influencia fuertemente a cometer pecado tras pecado. Por lo tanto, por más que lo intentemos, no podemos salvarnos por nuestras obras. Solo Dios puede hacer algo para salvarnos, y lo hizo, y sigue haciendo obras en nosotros.
La descripción que la Biblia hace del hombre no es muy favorable. En Rom. 3:9 aclara que quienes están bajo condenación no son solo lo más malos de los malos, no está describiendo a Hitler, violadores y asesinos… nos está describiendo a todos.
Todas estas palabras son dichas por el amor que Dios nos tiene. Si tengo una enfermedad muy grave y el médico no me lo dice, entonces es un pésimo médico, porque debe decirme cuál es mi condición, aunque sea muy terrible. Dios está describiendo los síntomas que ha dejado el pecado en nosotros para que tomemos con seriedad el asunto y busquemos con intensidad aliviarnos. Pablo dice en el versículo 10 “como está escrito”, para hacer entender que no son ideas propias, sino que es Dios declarando nuestra condición.
Si no comprendemos esta verdad, no podremos comprender la cruz, la muerte de Cristo, la resurrección ni la obra redentora de Dios. Y si estudiamos el libro de Proverbios sin haber recibido el evangelio en nuestros corazones, solo vamos a torcer el significado y propósito de este libro.
Rom 3:10-18 El ser humano se ha hecho mucho daño. Lo vemos claramente cuando nos enteramos por las noticias los terribles actos criminales que se han hecho en contra de seres indefensos. Lo vemos en personas que conocemos, cómo se destruyen relaciones, como se engañan unos con otros, cómo estafan, cómo hablan mal unos de otros. Es una sociedad corrompida, una humanidad muerta en delitos y pecados, viviendo vidas insensatas, desordenadas y desventuradas.
Todos estuvimos viviendo en ese estado, por tanto, NECESITAMOS SER REGENERADOS. Ezequiel 36:24-27, es una buena ilustración del nuevo pacto, de lo que pasa cuando alguien es revestido con Cristo Jesús cuando decide entregarse a Él. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es”. La salvación involucra una decisión humana, pero a la vez es una obra sobrenatural de Dios en la cual nos transforma.
TODO APUNTA A CRISTO
RELACIÓN ENTRE LA LEY Y EL EVANGELIO
Muchos creen que pueden ser salvos por medio de guardar la ley. Pero no es el propósito de ella. Esta nos muestra la santidad de Dios y por consecuencia, nuestro pecado, y viendo nuestro pecado como Dios lo ve, nos damos cuenta que no podemos salvarnos por nuestras propias obras, sino que solo por medio de la misericordia de Dios. Por lo tanto, termina por llevarnos a Cristo. Pero después de ser salvados por Cristo, la ley tiene otro propósito: enseñarnos y dirigirnos, ya no es dueña de nosotros ni nos esclaviza, ahora es nuestra “amiga”.
RELACIÓN ENTRE EL LIBRO DE PROVERBIOS Y EL EVANGELIO
El libro de proverbios tiene cierta similitud con la ley: no nos pueden salvar. Pero además, siguen un proceso similar: La ley, que por su parte, nos muestra nuestro pecado, que no podemos salvarnos y que necesitamos a Cristo; así también Proverbios, nos muestra que somos necios y la necedad también es pecado, no hay temor del Señor, por lo tanto, necesitamos a Cristo.
Nosotros nunca guardamos la ley, pero Cristo sí la guardó. Nosotros no somos sabios, pero en Cristo encontramos la sabiduría encarnada.
No importa qué estudiemos, todo siempre nos llevará a Cristo y su cruz, el EVANGELIO. El libro de Proverbios no nos puede salvar, pero sí nos lleva al Salvador. Y ahora que hemos sido salvos, volvemos a Proverbios para aprender a vivir sabiamente.
QUÉ ES UN PROVERBIO
Proverbios debe entenderse bajo dos ideas: por un lado, como una observación general de los sabios, y por el otro lado, Dios obrando a través de sus observaciones para darnos sabiduría infalible e íntegra.
Proverbios viene de Dios y está inspirado por Él, pero a la vez, representa las observaciones generales de los sabios. Muchas personas leen proverbios y sacan varias promesas, por ejemplo, “si trabajo, siempre tendré dinero o prosperidad”, pero no es lo que el libro quiere comunicar.
Imagínese un hombre de 120 años sentado en una banca observando el comportamiento de los jóvenes: ve a unos diligentes, respetuosos y esforzados que mayormente prosperan; y a otros que no son diligentes, ni respetuosos ni esforzados, que mayormente no prosperan. Pero Dios no está diciendo que si hacemos tal cosa tendremos prosperidad y no enfermaremos, sino que mayormente o por lo general, si vivimos de tal manera, nuestra vida será mejor, si buscamos conformar nuestras vidas a la palabra de Dios, entonces nuestra vida tendrá más prosperidad.
Sin embargo, debemos entender qué es la prosperidad bíblica. No es necesariamente riqueza material, sino que comunión con Dios y su favor. Esta es una meta mucho mayor que la prosperidad económica, porque tiene un valor eterno.
Por lo tanto, estudiamos el libro de Proverbios no para prosperar un poco, sino para conocer la sabiduría de Dios, y andar de una manera que pueda glorificarle.
PROVERBIOS 1:1 Se menciona a Salomón y David, dos reyes muy importantes de Israel.
David. 1Samuel 13:14. Una de las características más importantes de David es que era un hombre conforme al corazón de Dios, tenía un deseo ferviente por conocerle y servirle. A pesar de que falló en varias oportunidades comportándose como un necio, nunca cayó en idolatría, y siempre que caía buscaba salvación por medio de la fe en la fidelidad de Dios. Era un hombre con un corazón, pasión y fe muy fuerte, tenía una hermosa relación personal con Dios.
Salomón. 1 Reyes 3:7-9; 4:29-30.
David tenía un corazón apasionado, amó a Dios con todo su corazón. Salomón fue un hombre muy sabio e inteligente. Nosotros necesitamos las dos cosas. Aferrarnos a la ciencia sin dejar la pasión, una relación personal con nuestro Señor. David tenía mucho amor, pero muchas veces le faltó sabiduría. Salomón tuvo mucha sabiduría, pero cuando era anciano se casó con muchas mujeres extranjeras que adoraban a ídolos, las cuales lo influenciaron para dejar al Dios verdadero y adorar dioses falsos.
Por eso debemos amar a Señor con todo nuestro corazón y con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas (Mateo 22:37). Por eso necesitamos prestar mucha diligencia al estudio bíblico, pero también a la oración y adoración.
¿Deseamos servir apasionadamente al Señor? ¿Amamos orar? ¿Deseamos caminar como Cristo? ¿Qué cambios evidentes puede mencionar en su vida desde que decidió seguir a Cristo? ¿Cuánto me ha cambiado el Espíritu Santo?
Si el Espíritu de Dios no nos ha cambiado, si Cristo no nos ha cambiado, el libro de Proverbios no lo hará.
Roguemos a Dios que nos ayude a trabajar en nuestro corazón para amar como David, y nos ayude a trabajar en nuestra mente para conocer y discernir como Salomón.